sábado, 5 de noviembre de 2011

Find the Light
La respiración vuelve de a poco…Recupero mi conocimiento y saboreo esos segundos previos a saber dónde demonios he terminado antes de caer dormido. Pasaron 10 segundos, luego 30, luego 5 minutos y aún no recordaba donde estaba; decido pues abrir los ojos y erguirme.
La luz llenó mi alma y mi mente confusa no procesaban lo que creían ver ante ellos. Un paraíso de flores y magia natural desplegado por todo el panorama con una perfección tan sutil que temía que con un solo parpadeo o mínimo hálito lo hiciera desaparecer en una explosión de hermoso caos por doquier. No había ninguna teoría que comprobara si estaba bien o mal o alguna explicación lógica que atenúe mi hambre de preguntas que nadie contestaría.
En mi delirio embriagado por el dulce olor de las flores que tan carnalmente acariciaban mi cuerpo, noté algo que incluso allí llamó mi atención. Unos ojos  llorosos me miraban desde el cielo ocupándolo por completo con expresión de tristeza profunda y hasta diría que envidia.
Al notar que sus ojos familiares se centraban solo en mí no pude evitar preguntarme porque se centraban en mí y no en la belleza que me rodeaba, tan pura y tan fragante. Hasta que pensé “Tal vez ese ente vive en un lugar feo e incomprensible y me desprecia por haber caído en este paraíso indescriptible ajo ninguna interpretación”. 
Miré al cielo con rostro comprensivo y empático y aún así noté como todo se nublaba y un rayo caía sobre mí volviendo a abrir mis ojos, solo que esta vez me encontré en el baño de mi casa, con mi piel desnuda perlada de sudor y el espejo frente a mí: Mi rostro estaba fruncido de dolor y mis ojos empañados en lágrimas…

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