sábado, 18 de junio de 2011

Los entes se enamoran y se enferman
Es increíble todavía recordar cómo se amaban aquellos dos entes. El primer ente era el más romántico y expresaba su ternura por el otro ente con inmensurables muestras de afecto y devoción; lo amaba tanto que veneraba todo lo que emanaba y representaba a su amado ser, excepto por supuesto aquellas cosas que lo alejaban de su amor.
El segundo ente, también lo amaba con todo su esplendor, solo que no se limitaba a que dichas “cosas” se interpongan entre ambos.
Es decir que, mientras para uno, su amor era de ellos y solo ellos, para el otro su amor era una orgía desenfrenada en la cual participaban todas sus obsesiones de por medio. Uno se enamoró mientras otro se enfermó; mas no hay enfermedad que no se contagie.
Como toda pareja sumida en el idilio del enamoramiento, eventualmente tuvieron sexo. Mientras uno se sintió completamente completo luego de conjugar sus sentimientos en una revolución explosiva de satisfacción (pues los entes son muy pasionales a la hora del sexo), el otro prendió un cigarrillo apenas concluyó (pues hay entes que fuman, otros que beben y otros que leen).
El primer ente lo miró de reojo, aún disfrutando de la magia trascendental que había experimentado, con mirada recelosa, mientras que el otro yacía sentado junto a su amante, acariciándolo con una mano y expulsando cenizas con la otra. El mundo del primer ente se derrumbó cuando un fluir de ideas macabras cruzaron su mente: “¿Es que ama más su enfermedad que a mí? O ¿Es acaso un complemento de nuestra relación? ¿Tan poco he de valer para mi amoroso ente? ¿Tan insípido es mi ser?”
El otro ente bajó la mirada mientras deslizó su mano de ente por el cuerpo de su amante para abrazarlo mientras lo consolaba y le reafirmaba su amor por él. Por supuesto que por más romántica que resultaba la escena, esto produjo que el dubitativo ente fuera bañado por una humareda grisácea proveniente de la boca trémula.  
Dicha nube interrumpió su visión y lo hizo sentirse completamente apartado de su amor, siendo su mano solo una fría extensión que lo jalaba hacia la enfermedad que éste padecía. El humo lo rodeó y lo sumió en sus sentimientos, en la duda y en la preocupación. Ante el miedo de perder al amor de su vida de ente, atravesó velozmente el humo y le propició al otro ente un tierno beso que llenó sus pulmones de la obsesión y del vicio.
A pesar del dolor interno que le causaba, supo sobrellevarlo bien en pos de su amor (a pesar que éste seguía sin reconocer realmente ni su propio ente ni el de su amante), llevándolo a un estado de suma confusión donde los colores se opacaban, los sentidos se adormecían y su ser que tan despierto estuvo en un momento, comenzó a dormirse. Llegó el día en que estaba tan dormido que no logró ni moverse. Cuando el otro ente (quien irónicamente nunca había estado tan dormido como su supuesto amor) se enteró se deprimió como todo ente enamorado haría, solo que no logró ver quien en realidad estaba sufriendo más en su trémula relación.
En ese momento ya no supo si era por enfermedad o por amor, pero abrazó al ente dormido tan fuerte como su ser se lo permitió, derramando lágrimas sobre todo su ente.
En la mente suspendida de dicho ente comenzó a sentir que el calor volvía a su pecho, despertándolo poco a poco de su idilio. Cuando ambas miradas volvieron a cruzarse se sintieron más enlazados que nunca, por fin sin nada entre ellos más que ellos.
Las palabras no fueron necesarias en presencia de semejante magia pero cualquier ente que no fuera ente y haya presenciado dicha escena hubiera jurado que estaban en presencia de un solo ente hermoso y resplandeciente a la vista, tal vez imposible de comprender, pero de algún inexplicable modo, la más infinita y verdadera demostración de amor que jamás haya visto…o al menos lo sería si no hubieran padecido dos minutos más tarde, ya que después de todo, los entes son entes, la nicotina es nicotina, el cáncer es el cáncer, la enfermedad es la enfermedad, la muerte es la muerte y el amor es un suceso inexorable, inexplicable, mágico y fatal.